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La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo (edición de estudio)

Información sobre Romanos

  • Escritor: Pablo

  • Dónde se escribió: Corinto

  • Cuándo se completó: c. 56 e. c.

Datos interesantes:

  • El apóstol Pablo dirige esta carta a todos los cristianos de Roma, tanto judíos como gentiles. Esta ciudad era la capital del Imperio romano, la sexta potencia mundial de la historia bíblica. De las 14 cartas que escribió el apóstol, Romanos es la más larga (Ro 1:7).

  • Aunque Romanos no es la primera carta que escribió Pablo, es la primera que aparece en las Biblias actuales. Y es razonable, porque analiza un cambio muy importante en la relación de Dios con sus siervos. Romanos explica que las Escrituras Hebreas inspiradas habían predicho mucho tiempo atrás que las buenas noticias también se proclamarían a personas no judías (Ro 1:16). Pablo, el “apóstol a las naciones”, habla con detalle de que los judíos y gentiles que habían aceptado a Jesús como el Mesías prometido eran iguales a los ojos de Dios (Ro 11:13; 15:8-12).

  • El tema principal de esta carta es cómo conseguir la justicia, o sea, cómo ser considerado justo por Dios. Esta justicia no depende de los antepasados que se tengan ni de cumplir las normas de la Ley mosaica. Más bien, se consigue gracias a la fe en Jesucristo y a la bondad inmerecida de Dios (Ro 3:21-24; 4:4, 16). Este tema se menciona en Ro 1:16, 17, donde Pablo cita al profeta Habacuc al decir que “el justo vivirá por su fe”. Así que, como Dios es imparcial, le da la oportunidad de salvarse a todo el que demuestra fe, sea judío o gentil (Hab 2:4; Ro 2:10, 11).

  • Cuando Pablo explica en Romanos que Dios declara justas a las personas por su fe, emplea la palabra griega para “justicia” más de 30 veces, muchas más de las que aparece este término en cualquier otro libro de las Escrituras Griegas Cristianas. En esta misma carta, el apóstol también usa con frecuencia otras expresiones relacionadas, como justo y declarado justo.

  • En Romanos, Pablo menciona detalles muy personales que les permiten a sus lectores llegar a conocerlo y amarlo como un cristiano sincero y devoto. Por ejemplo, habla de las ganas que tiene de ver a sus hermanos cristianos de Roma (Ro 1:8-12), de sus luchas con el pecado que está en su cuerpo (Ro 7:7-25) y del dolor y la tristeza que le produce la falta de fe de sus hermanos judíos (Ro 9:1-5; 10:1, 2; 11:13, 14, 25). Además, les hace una súplica a sus lectores apelando a “la compasión de Dios” (Ro 12:1). En los capítulos finales describe hasta dónde ha llegado su predicación y expresa su deseo de llevar las buenas noticias a quienes todavía no han podido oírlas (Ro 15:20, 21). Y en el último capítulo saluda a muchos cristianos, entre ellos a 26 que menciona por nombre.